¡Feliz viernes!, hoy damos la bienvenida al mes de agosto, la primera imagen que me viene al pensar en agosto, es la de la playa, para muchos ya han terminado las vacaciones, pero aún quedamos algunos que estamos deseando que lleguen.
Para empezar mes, toca hablar de viajes, y esta vez la ciudad elegida es la del amor, la primera vez que fuí a París fue con mis padres, tendría unos 14 años, y no es que no me hiciera ilusión subir a la Torre Eiffel, pero el principal objetivo del viaje era que íbamos a Eurodisney, llevaba soñando con ir a Disneylandia desde muy pequeña, y que nos lo trajeran tan cerquita de casa sin necesidad de cruzar el charco fue la oportunidad de hacer ese sueño realidad. Pasamos unos días en familia muy divertidos, que espero repetir con Alejandra pronto. Pese a que nos alojamos en el parque, en un hotel que recuerdo que simulaba un barco, tuvimos ocasión de visitar la ciudad, y me gustó, pero quizás no supe apreciarla como en mi segunda visita, esta vez con unos cuantos años más y acompañada de mi marido, que entonces era mi novio.
Fue nuestro primer viaje juntos, un sólo fin de semana, pero lo recuerdo con mucho cariño. Se lo regalé nuestras primeras navidades, para alojarnos, elegimos un pequeño hotel al lado del Arco del Triunfo, el Centre Ville Etoile Hotel, se trata de un hotel muy bien situado, pequeño y sin lujos, pero para nosotros era perfecto, para un fin de semana de mucho amor y turismo, los hoteles en París son bastante caros por lo general.
París me recuerda a un primer regalo hecho con muchísimo cariño, un primer viaje de muchos con el que sería mi compañero de escapadas para siempre, un beso apasionado e inesperado bajo la Torre Eiffel rodeada de gente pero sintiéndome como si estuviéramos sólo dos personas, un paseo de la mano por las orillas del Sena, visitar las tiendas de los Campos Eliseos con parada obligada en Louis Vuitton, los macarons de Ladurée, croissants y tostadas recién hechas para desayunar, un sueño de niña hecho realidad, grandiosidad, romanticismo, y un lugar al que volver, porque siempre nos quedará París…
Os dejo algunas fotos antiguas de un viaje para repetir, pero esta vez volviendo a visitar Eurodisney seguro.
Para continuar, deciros que he tenido una semana de muchas celebraciones, entre aniversario, mi santo y el cumpleaños de Roberto no hemos parado, y he recopilado algunas fotos de los looks que he utilizado para mí y uno para Alejandra.
El sábado por la noche empezaron las celebraciones, Roberto me llevó a cenar por nuestro segundo aniversario de boda a un restaurante japonés que me encantó. Se llama Ichiban, está en la calle Alberto Alcocer, y ha sido un gran descubrimiento. Todo lo que pedimos estaba buenísimo y nos quedamos con ganas de probar más cosas de la carta, así que ya tenemos la excusa perfecta para volver. La decoración japonesa estaba muy bien ambientada, nos hizo incluso empezar a soñar con un futuro viaje a Japón, y la comida la preparaban en una plancha o en una barra de sushi, dando la opción de sentarte en ellas para que te sirvieran al instante, nosotros preferimos mesa por ser más íntimo. Un detalle de la decoración que me encantó, es que había una pecera con un pez en cada mesa, sustituyendo al clásico florero.
Algunos de los platos que elegimos fueron el tartar de pez mantequilla con trufa, que es una auténtica exquisitez, las clásicas empanadillas o una variedad de sushi, de la que destaco dos tipos de «nigiri» (siempre dudo en el nombre de los tipos) orientados a la tan de moda fusión entre comida asiática y mediterránea, el de foie y el de huevo, ambos deliciosos.
Para la ocasión elegí un look compuesto por mono de flores, sandalias de cuña negras, ambos de Zara, y el bolso negro Chanel Boy.
Los pendientes a modo de piercing de Tous, que ya os enseñé puestos sin la parte de debajo, pude combinarlos con la pulsera y anillo a juego, que me reagló mi marido por sorpresa en el restaurante, y que me puse inmediatamente porque iban totalmente acordes con lo demás. ¡Me encantaron los regalos y la sorpresa!.
El domingo por la mañana estrené mi falda de tul, con una camiseta de Pull & Bear de U2 que me compré estas navidades y me puse mucho las últimas semanas de embarazo marcando tripita.
Las sandalias de cuña son de Oysho del año pasado, pero me pareció ver unas similares en estas rebajas, y el bolso de mano de Bimba & Lola también del verano pasado.
El martes pasado fue día 29 de julio, santo de las Beatrices y de las Martas, a las que aprovecho a felicitar por aquí. Para mi santo elegí un vestido de Oysho, que es una de mis «adquisiciones estrella» de estas rebajas. Lo ví en temporada y pasé expresamente a por él el primer día de rebajas, pero ya no quedaba mi talla, aunque tuve la suerte de que mi madre encontró uno, porque había pocos.
Para Alejandra elegí un vestido también con flores azules de Gocco. Y también su nuevo chupete y su nuevo biberón (ya desde pequeña es fan incondicional del Sturbucks al igual que su mamá).
Ha sido una semana de hacer y recibir regalos, porque el cumpleaños de Roberto coincide con el de mi tía, así que la semana que viene os enseñaré ropita que me ha regalado mi madre en mi santo, y os daré algunas ideas para l@s que tengáis que hacer un regalo.
Os dejo un viernes más, esta vez como avance quería adelantaros que estoy trabajando en un proyecto relacionado con mi blog, por ahora voy a dejaros con la intriga porque aún me quedan muchos cabos por atar, pero espero tener una agradable sorpresa para todos los que me seguís viernes a viernes dentro de un par de meses apróximadamente.
¡Feliz semana!